viernes, 11 de noviembre de 2011

MARRAKECH


Este verano tuve la suerte de viajar a Marrakech (Marruecos). Uno de los aspectos que contrasta con la cultura europea es la concepción de la vía pública, la cual es contemplada toda ella como un escaparate. Si se tiene en cuenta lo caluroso que es el país, no es de extrañar que cubran las calles con métodos varios para protegerse del sol.


El Palacio Badi fue construido en el siglo XV por el sultán Ahmad al-Mansur para celebrar la victoria en la Batalla de los Tres Reyes. Hoy tan solo quedan los restos del palacio, los cuales cuentan con una gran explanada repleta de naranjos.


Otro remarcable Palacio de Marrakech es el Palacio de la Bahía; encargado por Ahmed ben Moussa. A partir de una antigua residencia, y apropiándose de un conjunto de casas adyacentes, el visir encargó la construcción. El denominador común de todo el palacio es una decoración exquisita, típica de la arquitectura marroquí. En torno al palacio, podemos observar un generoso jardín.

Además, tuve el privilegio de poder realizar la excursión al desierto de Zagora. De camino a él pude contemplar paisajes excepcionales. Además ví varios ejemplos de Kasbah; lugar empleado como vivienda del líder local y como defensa cuando la ciudad estaba bajo ataque. Tener una Kasbah, era signo de riqueza.


Y después de un largo trayecto, llegamos al desierto.


Por último, me gustaría compartir con vosotros una fotografía del aeropuerto de Marrakech, el cual contrasta totalmente con la arquitectura típica marroquí y nos ofrece un aspecto muy innovador










1 comentario:

  1. Has colgado unas fotografías fantásticas de esas tierras y sus monumentos. Yo tengo un recuerdo con sensaciones muy encontradas de cuando estuve allí. Te envidio tu estancia en el desierto. Me han contado que es una experiencia excepcional.

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