lunes, 19 de diciembre de 2011

BLANCO Y NEGRO

Hace unas semanas estuve en Madrid y tuve la oportunidad de ir a ver una exposición bastante peculiar de Juan Gatti, "acontraluz", situado en la Sala Canal de Isabel II.
El argentino Juan Gatti es famoso sobre todo por sus carteles para películas, sobre todo de Almodóvar, como "Mujeres al borde de un ataque de nervios", "Volver"o "Tacones Lejanos".
Lo más curioso es que la exposición se había montado en un antiguo depósito de agua que se había restaurado para adaptarlo como sala de exposiciones.
La exposición tenía en su planta baja una colección de los carteles de cine más famosos de Juan Gatti y otros carteles de carácter meramente decorativo.
Conforme despegué de la planta baja por las escaleras que conforman la gran estructura metálica por la que se accede a la totalidad de las 4 plantas que forman la exposición, me fui adentrando gradualmente en un espacio oscuro en el que no habita el color y en el que se empezaba a escuchar una extraña melodía formada por sonidos de diferentes texturas: agua, hierva, tierra... La exposición consistía en una serie de grandes imágenes en blanco y negro de elementos que no guardaban ninguna relación entre sí: escarabajos, peces, caballos, formas lineales en el espacio, hombres desnudos sumergidos en agua... Al llegar a la penúltima planta la música indicaba que había todavía algo por descubrir en la última planta; y esta vez las imágenes tomaban tonos azules fosforitos gracias a una iluminación ultravioleta.
Por fin tomé las últimas escaleras, que rompía con el esquema de las anteriores pues esta vez estaban situadas en medio del recorrido dela exposición. Accedí al lugar donde provenían esos inquietantes sonidos y observé un espacio diferente al resto: era blanco y redondeado; estaba justo donde anteriormente se acumulaba el agua del gran depósito. Se estaba reproduciendo en las paredes mediante un proyector una secuencia de las imágenes anteriores en la que se explicaba claramente la relación que tenían entre sí y de dónde provenían los sonidos. Los escarabajos tomaban de repente forma de cabeza humana, los peces hacían una espiral que formaba un ojo humano y las lineas en el espacio cobraban movimiento y sonido.
Una exposición breve pero intensa, recomiendo ir a verla. ¡Es hasta el 19 de febrero!

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