Aunque reconozco que no soy muy aficionada a la fotografía, hay algunas fotografías a las que les tengo cierto cariño. Esta es una de ellas.
Es un retrato que hice a mis padres en Barcelona, frente a la Sagrada Familia. La fotografía es muy mala, porque a parte de estar inclinada aparece recortada y mis padres se ven a lo lejos, pero sin embargo, esta foto tiene mucho significado para mí, puesto que fue la primera foto que hice.
A pesar de que no recuerdo exactamente la edad que tendría creo que unos tres o cuatro años) sí que me acuerdo perfectamente de ese instante en que mis padres me iban dando instrucciones mientras yo me preparaba. Sé que es algo muy insignificante, pero hay momentos como estos, que no se por qué, nunca se nos olvidan.
No es nada insignificante. Muchas veces lo pequeño es lo que tiene un valor fundamental para nosotros. Te agradezco que lo hayas compartido.
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