Papers privats es una exposición recientemente clausurada, que ha ocupado durante algo más de dos meses la sala de exposiciones del Rectorado de la Universidad de Valencia.
En la muestra se exponen algunas piezas de la colección particular de Tomás Ruiz, un aficionado al arte que reúne un conjunto formado por más de 2.000 obras, firmadas por más de 350 artistas. Esta serie de obras reúne la particularidad de estar hecha sobre el mismo soporte: el papel. Esto es pone en boga la relevancia del dibujo, relegada tradicionalmente por otras manifestaciones artísticas.
La sala de la exposición es un espacio blanco y diáfano, que, a merced de las necesidades de la exposición se divide en tres espacios mediante pequeños murales que se aprovechan para exponer las obras. Algo que llama la atención es la disposición de los cuadros; agrupándose de una forma aparente arbitraria y tendiendo a formar un lienzo continuo sin dejar apenas espacio libre entre ellos.Además resulta curioso, y posiblemente haya sido intencionado, que los temas, el estilo y los cuadros sean muy dispares, lo que produce una mezcla de desconcierto y confusión al no saber muy bien hacia dónde dirigir la mirada. A diferencia de esto, hay paredes en la que la muestra se exhibe de una manera más desahogada lo que nos permite una mayor atención en el cuadro que tenemos enfrente.
Reconozco que la mayoría de los autores de las obras eran grandes desconocidos para mí. De entre mis conocidos, puedo destacar el Equipo Crónica y David Oppenheim, del cual hemos visto su performance de la posición de lectura para una quemadura de segundo grado.
El cuadro que se expone de D.Oppenheim es un dibujo abstracto con una geometría bastante definida que parece ser, el boceto o la idea de obras como esta: http://www.dennis-oppenheim.com/works/232
En cambio, la obra del Equipo Crónica, grupo de artistas españoles con una pintura bastante figurativa con una importante labor crítica a la situación política de la España del franquismo, es un dibujo de una niña vestida de sevillana que es un retrato del folclore español, pintado con una cierta tendencia Pop-art. Del cuadro llama la atención el dibujo que se muestra al fondo, donde aparece una figura humana bajando una escalera.
Saludos:
ResponderEliminarDestacaría el formato en el que se ha desenvuelto la puesta en escena. Es impactante que la mirada se pierda en todas las direcciones y que la atracción se dirija hacia un punto y debas cambiar, porque otra propuesta está esperándote. Un saludo. Buena crónica.
Cierto, buena crónica. En realidad, los cuadros en las casas y en las exposiciones tendían, como aquí, al amontonamiento. Y tenía un punto de sorpresa inesperada. De todos modos, no ha dejado de sorprenderme el montaje.
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